Preparativos previos a la salida en la T1 |
Así, nos disponemos a tomar la salida algo más de 300 triatletas, cada uno con sus metas y objetivos. Unos pocos saldrán a disputarlo, otros buscarán una buena clasificación general, y la mayoría, atraídos por los encantos que describía anteriormente, buscarán enfrentarse a sí mismos y a sus miedos más íntimos, teniendo como objetivo principal encontrar buenas sensaciones sobreponiéndose a los tres segmentos, para poder concluir éste Triatlón, y divisar al final el arco de meta. En éste último grupo de participantes me encontraba yo ayer.
El escenario del Pantano del Camarillas, una vez sumergido en sus frías aguas, rodeado de tantos triatletas y con el ambiente propio de la prueba, es un ambiente imponente como pocos. Inevitablemente se siente un cierto miedo, eso a lo que le solemos llamar respeto...hacia lo que nos espera ahí adentro, hacia lo desconocido... es inevitable.
Momentos iniciales del segmento de natación |
Todos los Triatletas nadando en el pantano |
Así logro salir del pantano y confirmo lo que intuía: he nadado bien y voy en un grupo bastante grande de triatletas, separados por muy pocos metros.
Aquí empiezan para mí los momentos más duros, la salida del pantano corriendo y la llegada a la T1, donde se encuentran nuestras bicicletas. Una locura lo que cuesta realizar estos metros, durísimo. Llego a la bici, hago una rápida transición, y afronto las ásperas rampas de salida del pantano ya sobre mi bicicleta.
Pese a que pretendo tomármelo con cierta calma, la pendiente y el desarrollo de mi bici apenas me lo permite, voy clavado, creo que voy con todo metido (39-23), pero al llegar arriba me doy cuenta de que he subido todo con el 39-21, o sea, llevaba un piñón de margen, que pensaba que no lo tenía y por tanto, no lo utilicé durante esta subida. Error fatal con rampas del 10 y 12% de salida. Pese a todo no pierdo posiciones y veo que el grupo que hemos salido del agua vamos todos en un pañuelo. No sé que posición será eso de la general, intuyo que no debo ir muy mal, entre los 50 primeros aproximadamente y con muy poca diferencia entre todos.
Pero la salida del pantano corriendo y su continuación sobre la bici me han dejado completamente KO las piernas, y en vez de pensar en coger ritmo e incluso remontar posiciones, que sería lo normal teniendo en cuenta que la bici debe de ser uno de mis puntos fuertes, me veo obligado a levantar el pié y a relajar un poco la musculatura de las piernas y la espalda. Llegados arriba de la salida del pantano la pendiente ya es favorable, pero no puedo coger ritmo todavía, bebo algo de agua, tomo aire, y trazo las curvas con cierto cuidado, sobre la carretera rugosa y mojada.
Paso por las calles de Agramón |
De todas formas sigo a lo mío, cogiendo ritmo y sensaciones. A la entrada de Agramón parece que voy mejor, pero no concluye la bici, salimos de la población y afrontamos la dura subida que hay en dirección Hellín, en la llamada Sierra de la Cabeza. A la salida de Agramón empiezo a ver que realmente voy mejor, me siento cómodo acoplado, empiezo a mover más y mejor los desarrollos, en éste tramo el recorrido se cruza con los de delante, y puedo ver que lo 5 primeros van destacados, pero que luego está todo muy igualado, con muy pocas diferencias, en un minuto y medio vamos más de 50 triatletas.
Aprieto los dientes en la subida, después de tantos años en bici de montaña es en éstos duros repechos donde mejor voy y me encuentro, pero enseguida llego arriba, giro de 180º y vuelta a Agramón, últimos kilómetros ya hacia abajo.
Llegada a la T2 |
Los primeros metros de la carrera a pié, al menos para mí que acabo de volver a ésto, son de adaptación al cambio de deporte, a penas puedo estirar la zancada, voy buscando más la frecuencia de movimiento, más adelante buscaré más la amplitud. Los esfuerzos previos han dejado bastante exprimidas las piernas, difícil encontrar buen feeling. El primer kilómetro es realmente duro, pero poco a poco el cuerpo va un poquito a más y te permite desarrollar mejor el esfuerzo. Para mí éstos son los momentos más duros, pero a la vez más bonitos de un triatlón, cuando llegas a la carrera a pié final, cuando has superado las otras dos disciplinas, es cuando el sufrimiento es mayor, pero cuando la recompensa de la meta está más cerca, ya no hay nada más que te separe de tu objetivo... tú mismo y la distancia.
Durante éstos últimos kilómetros de carrera a pié, es importante mantener la concentración en lo que se hace y el esfuerzo, pero es inevitable que surjan determinados pensamientos. Para mí lo más alucinante de todo ésto es el poder purificador del deporte. Es increíble la gran capacidad que tiene éste elemento de ponernos en nuestro sitio y lugar, y reencontrarnos con nosotros mismos.
Últimos metros de carrera |
Así sigo corriendo, a cada paso acorto la distancia hasta la meta...y concluyo.
Contento y orgulloso, puedo sacar muchos tipos de conclusiones. En lo referente a mí, creo que puedo estar contento de forma general, sobre todo por la natación, como así me siento, quizás me queda la espina de no haber rendido en bici al nivel que debo y se me supone, pero acabo de regresar a ésto, y hoy no ha sido mi día en bici. Y en la carrera a pié lo que he dado es lo que puedo dar.
Si miro el resto de la gente, bueno, no está mal, el 48º de la general, con un nivel muy alto e incluso participación internacional, entrando con el primer Hellinero y siendo el primer Jumillano con cierta diferencia. Ahora levantaré el pié en los entrenamientos, esperando coger de nuevo ritmo para volver a estar fuerte a finales de mes, donde tengo la ilusión de hacer buen papel en los Triatlones Cross de Villena y Bocairente.
Recuperando el aliento tras cruzar la meta |
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